De pronto tuve la sensación de que ya no me gobernaba, que no me pertenecía, de que algún ente ajeno y supremo me relevaba en las riendas y me concedía, indulgente, una última prórroga para darme tiempo a entender que aquello era el final, que a mis noventa y un años mi hora había llegado, y que aquellos momentos eran puro regalo porque hacía ya un rato que no me correspondían.
En mucho menos de un segundo supe que me iba, que terminaba una etapa y debía abordar la siguiente, y que si no lo hacía, nunca me marcharía del todo.
Así que me abandoné a mi suerte, y me fui con la tranquilidad de saber que no desaparecía, sino que sólo me iba: Comprimí mi vida en un instante, que abarcó todos los momentos que sólo luego supe que me había tocado vivir. Comprimí mi vida en un instante y en ese instante me fui. Y hoy, desde la paz de este sitio donde no hay lugar para la angustia ni razón para sufrir, me dispongo a contarles cómo se sucedieron algunos de los lances que conformaron lo que fue mi existencia.
2 comentarios en “Capítulo 1 Nochebuena de 2051 Me fui”
Buen comienzo
Gracias! Contento de que me leas y que opines. Feliz año 🙂